Espacio designado a su cultivo:

Nativas de América Central, estas bellezas botánicas pertenecen, taxonómicamente, a el núcleo familiar de las compuestas (Asteraceae, o Compositae). En parterres, macizos o en macetas, las dalias prefieren los sitios bien soleados y un suelo permeable y rico en nutrientes.

Las dalias resultan muy propensos a las heladas. Para evadir que las heladas dañen los bulbos, es correcto sembrar las dalias a unos 10 centímetros de hondura y luego de mayo.

Riego:

Las dalias necesitan, en parte, más cuidados que la otras plantas, sin embargo nos recompensan con una floración especialmente prolongada. Riega las plantas en macetas continuamente por la parte inferior, preferentemente, más comunmente que abundantemente, debido a que las dalias no poseen la función de tolerar el anegamiento.

Fertilización:

Las dalias tienen que disponer de los nutrientes suficientes para desarrollar su abundante floración. Un fertilizante de liberación sostenida posibilita fertilizar las dalias una sola vez a lo largo de toda la temporada.

Poda:

Además de un riego suficiente, la poda estival se incluye entre los cuidados más relevantes que se tienen que dispensar a las dalias. Cuanto más regular sea la poda, más prolongada y abundante va a ser la floración.

Medidas que adoptar en invierno:

Sitúa los bulbos en una cajonera llena de arena y guarda la cajonera contentiva de los bulbos en un espacio fresco, seco y salvaguardado de las heladas. Vigila que los bulbos no se deterioren a lo largo de los meses de invierno y descarta las piezas perjudicadas.