Aloe vera, denominado sábila, acíbar o áloe de Barbados, entre otros, es una especie suculenta de el núcleo familiar Asphodelaceae. Con unas quinientas especies, el aloe está extensamente compartido y se estima una especie invasora en muchas zonas de todo el mundo.

Es una planta de hoja perenne, posiblemente se derivó en la Península Arábica, sin embargo crece de manera silvestre en climas tropicales, semitropicales y áridos de todo el planeta. Se cultiva para productos comerciales, primordialmente como procedimiento cliché usado a lo largo de siglos. La especie es llamativa con objetivos decorativos y tiene triunfo en interiores como planta de maceta

Se usa en varios productos de consumo, incluidas bebidas, lociones para la dermis, cosméticos, ungüentos o a modo de gel para quemaduras menores y quemaduras solares. Hay escasa prueba clínica de la efectividad o estabilidad del extracto de Aloe vera como fármaco cosmético o cliché.

Características en general:

  • Nombre común: Aloe vera, sabila
  • Nombre científico: Aloe vera
  • Origen: Noroeste africanos, Arabia
  • Familia: Liliáceas (Liliaceae)
  • Localización: Interior y exterior
  • Floración: Primavera
  • Luz: Bastante soleado
  • Riego: Limitado
  • Abono: En primavera y verano con abono natural

Descripción del aloe vera

La sábila es una planta famosa por sus virtudes medicinales: pertenece a muchas cremas y tratamientos de belleza y salud y es un excepcional cicatrizante.

Tener una planta de aloe vera en el hogar es un complemento perfecto del botiquín para untar la gelatina interior de las hojas maduras sobre heridas o quemaduras, consiguiendo aliviar el dolor y apresurar la cicatrización.

Además es perfecta para relajar la dermis luego de una exposición desmesurada al sol. Además de cada una de estas cualidades, la sábila tiene un aspecto escultórico bastante decorativo, con gigantes hojas y una bella floración primaveral.

Requisitos de luz del aloe vera

Para tener triunfo con el aloe es primordial situar esta planta en el sitio más soleado viable. Si carecemos de un interior soleado es mejor cultivar el aloe en un balcón orientado al sur.

Con escasa luz sus novedosas hojas van a ser largas y finas, lo cual conlleva que pierda consistencia y arquee sus hojas. Con suficiente luz las hojas se mantienen rígidas y tiesas.

Riego del aloe vera

El aloe es una planta crasa que acumula el agua en sus hojas y, por consiguiente, como toda planta crasa, necesita suelos secos, con la humedad justa. Los riegos han de ser esporádicos y solamente una vez que observemos que la tierra se ha secado.

Un exceso de agua de riego o de lluvia causará que aparezcan indicios de podredumbre en tallos y hojas, llegando a fallecer en poco tiempo.

Abono del aloe vera

Para incentivar el desarrollo de novedosas y vigorosas hojas es recomendable costear el aloe a lo largo de la primavera y el verano con un abono natural.

Consejos

El aloe no aguanta temperaturas frías por lo cual una forma de ganar con ella si vivimos en una región húmeda y gélida es alternar su cultivo en exterior e interior.

A lo largo de la primavera, verano y comienzos de otoño la cultivaremos en exposición soleada en la terraza o balcón y, lo demás del año, la cultivaremos en el centro de vivienda, al resguardo del gélido y la lluvia, aquello sí, destinándole un espacio soleado.